13 septiembre, 2024

 

El orden del vertido del té y la leche genera no pocos debates y posicionamientos entre los amantes de esta bebida. Para la inmensa mayoría la disposición es servir la leche después (MIS); ya que así, dicen, tienen mayor control sobre las proporciones de ambos ingredientes, obteniendo la intensidad y el color deseado. Servirlo así era, además, parte de la etiqueta Victoriana y tal como lo refrendó George Orwell, célebre escritor y también químico, en un artículo publicado en el Evening Standard en 1946 y titulado «A nice cup of tea». Por el contrario, los defensores de servir la leche antes (MIF) afirman que los dos líquidos se mezclan mejor vertiendo antes la leche; siendo también una precaución para atenuar el choque térmico en la porcelana fina, una manera de protegerla de roturas.

 

¿Pero qué nos dice la ciencia? Actualmente, experimentos llevados a cabo por el Dr. Andrew Stapley de la universidad de Loughbourough para la Royal Society of Chemistry, nos dan nuevas pistas para entender mejor que ocurre en ambos casos. Así, según estos estudios, es mejor el MIF.

 

MIF hace que las proteínas de la leche queden parcialmente desactivadas, minimizando su habilidad para reducir la astringencia y amargor del té que, como sabemos, son debidas a los taninos, compuestos que se encuentran de forma natural en las hojas. Por ello, en MIF el resultado es una bebida con mejor y más aterciopelada textura.

 

En Sans&Sans hemos querido comprobar quién tiene razón y para ello hemos preparado una cata interna con nuestra Tea Sommelier.

 

Hemos utilizado:
Sans&Sans Strong Breakfast Blend.
Agua mineral de baja mineralización.
Leche evaporada “Ideal”.

 

Hemos preparado nuestra bebida con 4grs. de té / 200 ml de agua / 5 minutos de infusión / agua vertida a 98ºC.
En la primera taza (MIF) hemos puesto una dosis de 7.5 grs. de leche evaporada y hemos añadido 200ml. de té.
En la segunda taza (MIS) hemos vertido 200ml. de té y añadido los 7.5grs. de leche evaporada.

 

 

Después de nuestro cata os decimos: ambos métodos son válidos, es una cuestión de gusto personal.

Eso si, para una buena taza de té con leche utilizad siempre té negro de calidad, agua de baja mineralización, leche siempre fría y preparad vuestro té siguiendo las reglas de peso y tiempo que cada tipo de hoja exige.

 

Elegid el mejor momento, la mejor compañía.