AFTERNOON TEA
UNA TRADICIÓN QUE REGRESA
“Pocas horas hay en la vida más agradables que esa hora dedicada a la ceremonia conocida como Afternoon tea.”
Henry James
Quizá por su cotidiana presencia en nuestras vidas hoy no podamos hacernos una idea de cómo las tres bebidas calientes y cafeinadas por excelencia té, café y cacao cambiaron no sólo nuestros hábitos alimenticios si no como influyeron decisivamente en el pensamiento, economía, costumbres, salud y cultura de nuestra sociedad occidental. El té, una bebida milenaria descubierta en China hizo su primera aparición en Europa en el siglo XVII.
En el siglo XIX el uso del té en Gran Bretaña empezó a aumentar dramáticamente pero todavía era muy caro. Entre las clases altas el té era el único artículo que habitualmente se preparaba en el comedor o en el salón por la señora de la casa. La caja de té (‘tea caddie’) estaba cerrada y la llave en posesión de la dueña de la casa. El té distinguía la elegancia y la riqueza de una familia y con ello llegaron todos los objetos y accesorios elegantes para su preparación: la porcelana fina, las teteras de plata, las urnas para guardar las latas y mesas especialmente diseñadas (‘tea poy’) hechas de palisandro, para servir la bebida.
A finales de la década de 1850 se organizaban frecuentes comidas para discutir sobre política y economía organizadas por hombres jóvenes e influyentes para impresionar al estirado y conservador sector de los negocios británico. Todo ello hizo que pasara un largo rato entre comidas y que por tanto las esposas tuviesen que esperar horas a que sus maridos llegasen a casa para la cena que se servía como estaba de moda en aquel tiempo tarde, a las 20.00 hrs. Anna, séptima duquesa de Bedford, seguramente hambrienta pidió a su servicio que le sirviera un tentempié, una bandeja con té, pan y mantequilla y una porción de pastel en su habitación hacia al final de la tarde (‘afternoon’). Tanto le gustó que acabó convirtiéndose en un hábito para ella y pensó en invitar a sus amigas a acompañarla. La merienda y el placer de la compañía pusieron el ‘Afternoon Tea’ de moda entre la ‘High Society’ como un evento social, cultural y de buen gusto convirtiéndose en una de las quintaesencias de la cultura británica de la era victoriana y eduardiana.
Lady Fredericks menciona en su Diario en 1866 que las señoras se encontraban y discutían “asuntos de té”, el equivalente femenino a las discusiones masculinas sobre política dando así a las mujeres un espacio en la sociedad donde expresar sus opiniones sobre política, etc. que no era habitual que compartieran públicamente en compañía de hombres. Durante la década de 1880 las mujeres de la alta sociedad se vestían con elegancia para la ocasión con batines, guantes y sombreros para su ‘Afternoon tea’ que normalmente se servía en el salón entre las 16.00 y las 17.00 hrs.
Siempre utilizando hojas de té negro para la preparación de la bebida con el añadido de una nube de leche fría, tradicionalmente el ‘Afternoon Tea’ se sirve acompañado de una selección de sándwiches (si, inventados por John Montagu, IV conde de Sandwich) donde el pan debe estar cortado en finas rebanadas con bacon, huevo o crema de queso y berros y el tradicional de pepino. También se sirven los tradicionales scones con crema, pasteles y galletas.
Hoy en día el ‘Afternoon Tea’, de nuevo de moda, se puede disfrutar en algunos de los mejores hoteles en Londres como el Ritz y Browns, The Dorchester, Claridges; y en elegantes salones de té como Harrods y el popular Fortnum & Mason, donde encontrar una extensa selección de tés y pasteles, así como en otras ciudades de Gran Bretaña.
¿Qué té para el ‘Afternoon Tea’?
A pesar de que hay distintas variedades de té manufacturado: negro, verde, amarillo, blanco, oolong y puerh, y se pueden encontrar una gran cantidad de tés especiales, el tipo de té que se servía en el ‘Afternoon tea’ siempre era té negro de la India: Assam (tés fuertes) y Darjeeling (más suaves) o de Ceilán, hoy Sri-Lanka. También se hacían mezclas con estos tés que eran los que llegaban de las colonias entonces.
Actualmente también se usan tés negros de otros orígenes. En China los tés negros también conocidos como Hong Cha se producen en Yunnan, Fujian, Anhui (los reconocidos ‘keemun’) Guangdong, Hunan y Sichuan, son tés más suaves y nada astringentes y con un carácter avinado y de Africa (Kenia) el té negro es fuerte y afrutado. En Japón, reconocido por la producción de tés verdes, también más recientemente se puede encontrar té negro (Wakocha) en pequeñas cantidades en la región de Kirishima, pero este té tiene un gusto diferente, es suave y dulce y se toma solo, sin añadir leche.
¿Qué necesitamos para preparar una buena taza de té?
– Té negro
– Agua mineral
– Una tetera de porcelana o plata con filtro interno o suelto
– Tazas con plato
– Termómetro
– Temporizador
– 1 jarrita pequeña con leche fría
(ratio 3-5 grs de hojas por 170 ml de agua)
El té se sirve en una tetera. El cómo se prepara la infusión es clave para una buena degustación.
Primero hay que precalentar la tetera con agua caliente. Retirada esta se ponen las hojas en la tetera y se tapa para que el mismo calor las prepare para recibir el bautismo del agua. Mientras llevamos el agua casi a punto de ebullición y la vertemos con cuidado encima de las hojas. Removemos suavemente para que todas se empapen bien y las dejamos en infusión de 3 a 5 minutos dependiendo del tipo de las hojas (enteras o partidas) y de nuestro gusto particular. Pasado este tiempo retiramos las hojas y servimos.
Tradicionalmente era costumbre poner una nube de leche primero en las tazas ya que eran de una porcelana muy fina y se podían romper si se ponía el té tan caliente primero. El azúcar que se utilizaba entonces era en forma de terrones y se cogía con unas pinzas.
Las normas de protocolo imponían que el anfitrión/a sirviese el té y la comida con maneras elegantes.
El té es mucho más que una bebida, más que un alimento. Ha dado lugar a ceremonias de preparación diversas tanto en los países productores como en los consumidores (‘Gong fu Cha’ en China, ‘Chanoyu’ en Japón, ‘Afternoon Tea’ en Inglaterra). Ha sido y es inspirador del arte y los artistas. Se ha asociado a prácticas religiosas (Zen y Taoismo) y ha prendido la mecha de revoluciones que han cambiado el mundo.
Parafraseando a Hemingway cuando hablaba del vino decimos: “El té es la cosa más civilizada que existe”.
Por: Alexandra Witty, directora de Sans & Sans y Tea Sommelier por la International Tea Masters Association (ITMA) y Salvador Sans, Propietario de Sans & Sans y catador de té.
Fotografías realizadas en el Hotel Alma, Barcelona